lunes, 19 de noviembre de 2012

♦Bienvenido al Pandemonio♦


#Las memorias de Lucy Nakazawa.

 

 Capitulo 3: 

 

—No te conozco.

—Sí, ¡Me conoces! 

Esa discusión era constante, a todas horas; cuando desayunábamos, almorzábamos o cenábamos. Él estaba hay, comiéndome la oreja con lo mismo. 
A veces, tenía ganas de levantarme, sujetar aquel, magnífico, cabello blanco y atárselo alrededor del cuello. No obstante, otras, no sé porque, sentía la necesidad de abrazarlo, cosa que reprimía cebándome, en cierta manera, con Mark. 
Había pasado poco tiempo. No los conocía de toda la vida, pero me sentía cómoda. 
Era extraño, ellos seguían siendo las únicas personas con las que había hablado. Sabía que en aquel lugar, habitaban mas personas pero no quienes.
Sacudí la cabeza varias veces intentando disipar aquel pensamiento. Khalius, con la misma vestimenta aunque esta parecía nueva, intentaba explicarme la situación. Pero por más que lo intentase, no le entendía del todo.

—¿De verdad es tan ilusa, Mylord? —Preguntó Mark, mientras me servía una taza de Té Rojo.

Fruncí el ceño hasta juntar las cejas, y mire a Mark. Estaba totalmente serio. Me parecía borde, aunque no más de lo que podría ser yo.

—Oye, Mark, desaparece por ahí. —impacté los puños contra la mesa en un arrebato de mal genio.

Éste empezó a reír cándidamente mientras se llevaba una galletita al labio inferior.

—Tranquila Lucía. Mark es así, de sincero y… frío. —Sus palabras sonaron vacilantes y finalmente introdujo la galleta en su boca.

Lo observé bajando el tono de mi voz y sentándome como era debido en la silla. Él era diferente, sí extraño. No se parecía en nada al Khalius que se había enterado que mi posible nombre y apellido eran "Lucy Nakazawa." Aquella vez, Khalius, salió corriendo de la habitación. No me dio tiempo a seguir explicándole lo que recordaba, me había dejado sola con Mark. Me di cuenta, de que me tenía confinada en aquella habitación, sin embargo no dije ni hice nada. Olvidé aquel asunto, al igual que el.

—¿Sabes qué es Pandora? —Me preguntó mientras daba vueltas con la cuchara a su Té.
Negué con la cabeza, atenta a lo que me decía. Cogí un trozo, de lo que parecía carne, lo cual me agradó. Era suave, tierna, y tenía buen sabor.
 Picha aquí para ver la foto.

—Solo recuerdo mi nombre, Khalius.

Éste rascó su mejilla izquierda y me miro.

—Hum... ya veo. Bien, supongo que con el tiempo iras recordando. Lo primero, —ladeó la cabeza cavilando y miró a Mark cambiando de tema ysin terminar la frase que habia comenzado— ¿Sólo encontrasteis a "La Negra"? ¿No visteis a "La Azul" o quizas a "La Dorada"?

Éste negó con la cabeza y como de costumbre yo no entendía de qué o quienes hablaba. Después empecé a reír reprimiendo las grandes carcajadas que querían salir de mí. Detuve aquella extraña risa, y le dedique una sonrisa enigmática acompañada de una mirada desafiante.

—Una pregunta, Khalius: ¿Por qué me tienes encerrada en esta habitación? Creo que ha pasado una semana y sois —Señalé tanto a Mark como a Khalius— los únicos con los que he entablado conversación. ¿A qué se debe eso?

Mark, retiró el juego de té y en su lugar me dejo una servilleta de un impoluto color blanco.
Frunció el ceño mirándome realmente serio.

—Señorita Lucía, dudo que quiera hablar con aquellas personas que le apuntaban con una espada a ras de pecho. Con aquellas, que posiblemente quieran experimentar con usted, y aquellas que pretenden provocar a las "demás".

Miré la servilleta inexpresiva mientras pensaba. Poco después levante la mirada; Khalius, se había levantado y dirigido al gran y amplio balcón mientras que Mark ahora estaba sentado en el sitio de Khalius. Era, como si esperase que le preguntara quienes eran "Las Demás". Una pregunta, como todas las demás, que rondaba mi mente una y otra vez, iba y venía. No obstante, lo único que hice fue reír a grandes carcajadas, esta vez sin reprimirlas; esa situación me estaba superando. Estaba sulfurada, agobiada, cansada. Sentía confusión, odio, rabia, asco, vamos; Aversión. 
Retiré bruscamente la silla hacia atrás, mientras que cerraba la mano derecha y la impactaba nuevamente contra la mesa.

—"Pandora", "La Azul", "La Dorada", "Las 7 Llaves", "Las Demás"... Estoy harta de escuchar cosas que no entiendo o no recuerdo. Cada vez que me lo intentas explicar, te vas por las ramas o me sueltas cosas como "Ya lo recordarás". ¡Odio este lugar!

Podría haber seguido diciéndole mil y una cosas a Khalius. Echándole en cara miles de cosas, quejándome, regañándole... podría, sí. Mas no pude. Antes de poder seguir hablando, noté como alguien me apresaba los brazos, inmovilizándome y seguidamente me cubría la nariz y la boca con un trapo.  
Empecé a ver borroso, difuminado, distorsionado...sentía que tenía sueño. 
Lo último que recuerdo de aquel momento, era una voz junto a mi oído que me decía: "Debes tener Paciencia."
Después mis ojos se cerraron. Volvía a estar sola, sin embargo en aquel sueño veía, igualmente difuminados, varios colores que me rodeaban; Amarillo, Azul, Rojo, Gris, Violeta y Naranja.  Escuché risas, y murmullos. “Vuelve… El Pandemonio se esta cerrando.. ¡Vuelve! O Quizás… iremos. Jéh, Jéh, Jéh.”



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